Proseguir Hacia la Meta
"Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." - Filipenses 3:14
La vida cristiana es una carrera de perseverancia, no de velocidad. A veces nos sentimos cansados, enfrentamos obstáculos o incluso fallamos, pero Dios nos llama a no rendirnos. Nuestra meta no es terrenal, sino celestial: estar con Cristo y recibir el premio de la vida eterna.
Pablo entendía que su vida pasada no definía su futuro. En lugar de quedarse atado a sus errores, se enfocaba en lo que estaba por delante. De la misma manera, debemos dejar atrás todo lo que nos impide avanzar y seguir con determinación el camino que Dios ha trazado para nosotros.
Cada día es una nueva oportunidad para acercarnos más a Dios, crecer en fe y vivir con propósito. No miremos atrás con culpa ni nos detengamos por el temor; sigamos adelante con la mirada puesta en Cristo.
Cómo Aplicarlo:
Deja el pasado atrás: No permitas que tus errores o fracasos te impidan avanzar.
Mantén la mirada en Jesús: Él es tu fortaleza y la razón por la cual sigues adelante.
Sé constante en tu vida espiritual: Aun en los momentos difíciles, sigue orando, leyendo la Biblia y confiando en Dios.
"El pasado es una lección, no un ancla. Sigue adelante con Cristo."
Señor, ayúdame a no quedarme estancado en el pasado ni desanimarme por los desafíos del presente. Dame la fuerza para seguir adelante con fe, confiando en que Tú me guías hacia la meta. Que cada día pueda acercarme más a Ti y cumplir el propósito para el cual me llamaste. En el nombre de Jesús, Amén.
"Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús." - Hebreos 12:1