Jesús Ora por Sí Mismo
Juan 17:1
"Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti."
Antes de enfrentar la cruz, Jesús tomó tiempo para orar. En Su oración, no pidió ser librado del sufrimiento, sino que el Padre fuera glorificado a través de Él. Esto nos enseña una lección poderosa: la oración no se trata solo de pedir soluciones, sino de someternos a la voluntad de Dios.
Jesús nos muestra que, en los momentos más difíciles, debemos buscar a Dios en oración y confiar en Su plan. Aunque el camino pueda ser doloroso, cuando nos rendimos a Dios, Él nos fortalece y nos guía. Así como Jesús confió en el Padre, debemos aprender a confiar en que Su propósito es mayor que cualquier prueba que enfrentemos.
Cómo Aplicarlo:
Haz de la oración un hábito: No solo ores cuando haya problemas, sino en todo momento.
Rinde tu voluntad a Dios: En lugar de solo pedir lo que deseas, busca que Su gloria se manifieste en tu vida.
Confía en el plan de Dios: Aun cuando no entiendas lo que sucede, recuerda que Su propósito es perfecto.
"La verdadera oración no cambia a Dios, sino que nos cambia a nosotros."
Padre celestial, enséñame a orar con el mismo corazón de Jesús, buscando Tu gloria en todo momento. Ayúdame a confiar en Tu voluntad, aun cuando el camino sea difícil. Que mi vida refleje Tu propósito y que mi fe se fortalezca en la oración. En el nombre de Jesús, Amén.
Mateo 26:39
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú."